martes, 15 de octubre de 2013

La migración haitiana en República Dominicana: un arma de múltiples filos.


Migración haitiana en nuestro país es una expresión cargada de contenidos referentes a uno de los problemas más urgentes que tiene la nación, por eso es siempre tema de actualidad. El flujo ilegal migratorio camina motorizado desde Haití, desde la República Dominicana, y desde algunos países que tienen deudas históricas, con Haití. A pesar de esto, no se avizora una solución institucional a la luz de los intereses de nuestro país.
A pesar del concierto de complicidades, y a fuerza de dejar hacer y dejar pasar, es indeterminada la cantidad de haitianos/ as en el territorio dominicano participando casi en las mismas actividades en que se desempeñan las /os nacionales, principalmente en el sector informal de la economía, y es evidente la competencia para quien quiera certificarla.
La mayoría de estas personas están ilegalmente en el país, o tienen documentación falsa, pero operan con tanta libertad, que su ilegalidad, no parece preocuparle. Todo ocurre al amparo de la ausencia de una política migratoria, que es una responsabilidad de las autoridades dominicanas, quienes a veces actúan como si sus capacidades no estuvieran a la altura de la trascendencia de estos delitos. Esa debilidad institucional, y carencia de visión política e histórica sobre el asunto, solo ayuda a quienes abrazando la causa haitiana sacan ventajas contra el país.
No conozco experiencias de países que frente a migraciones ilegales que van contra sus intereses, sus nacionales se vuelquen a favor de aquellos, en nombre de una concepción de derechos humanos, sin valorar sus intereses como nación. Por eso precisamos de educación en valores cívicos para fortalecer y desarrollar la identidad nacional, sin que esto impida la solidaridad con los derechos (en este caso) de migrantes, mas no apañando e incentivando ilegalidad y trato vil para con el país. 

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